Siempre les hemos visto como grandes estrellas de gran Wollywood pero… todos ellos fueron niños antes que ídolos. Descubre en este artículo varios de ellos cuando eran solo un proyecto. ¡¡¡Algunos sorprenden de verdad!!!
Edda Van Heemstra Hepburn-Ruston nació en Bélgica en 1929. Hija de una baronesa y un financiero, su infancia transcurrió feliz hasta que llegó la ocupación nazi. Entonces tuvo que dejar de asistir a sus ansiadas clases de baile y comenzó a sufrir un principio de desnutrición debido al cual obtendría esa delgadez suya tan legendaria. En la foto vemos que su encanto ya le acompañaba desde pequeña.
¡Impresionante! El John Wayne bebé tiene exactamente la misma cara de cuando se convirtió, muchos años después, en el vaquero más duro de la gran pantalla. Los mismos ojos achinados, la misma ralla al lado y, por supuesto, esa mandíbula de hierro. Más mofletudo, eso sí. John Wayne nació el 26 de mayo de 1907 y falleció el 11 de junio de 1979.
Esa mirada ya indicaba ganas de vivir. Una pose entre divertida y descarada ante la cámara. Tenía probablemente cara de adulta. No es un rostro infantil. Una especie de «patito feo» que se convertiría en el cisne más hermoso del planeta. Ava llegó a Hollywood casi en la adolescencia por unas fotos que le hizo su cuñado. Ava Lavinia nació en 1922 y se fue en 1990 tras una vida libre pero no demasiado feliz.
Archibald Leach fue un niño desgraciado. Él creía que su madre le había abandonado. Se le ocultó que había sido ingresada en un sanatorio mental. Antes de cumplir la mayoría de edad se fugó de casa enrolándose en un espectáculo ambulante. Allí es donde comenzó a forjarse la leyenda de Cary Grant.
Personalidad. Se ve que la tuvo desde el principio. «La mirada», como fue conocida en su época de esplendor, ya estaba ahí cuando era niña. Y la prestancia, y la determinación, y la elegancia. Bacall comenzó muy jovencita como modelo publicitaria, y fue la esposa del director Howard Hawks quien se fijó en ella en una revista y aconsejó a su marido hacerle una prueba. La idea no pudo ser mejor. ¡Mil gracias, señora Hawks!
Ya desde niño se ve que es Errol Flynn, No cabe duda. Y ya tenía esa sonrisa de seductor de la que nadie pudo escapar. ¡Tiene incluso la melenita y un sombrerito muy parecido a los que luego luciría en Robin de los bosques. Su vida fue leyenda desde el principio. Nació en Tasmania -como el diablo- fruto del matrimonio entre un zoólogo aventurero y la hija del capitán de un barco. Antes de los dieciséis años ya había sido expulsado de colegios en Francia, Inglaterra y Australia. Todo un carácter, como se vería después.
Da la impresión por esta foto de que a la pobre Marilyn la presentasen a algún casting de niñas en Hollywood. Todo el mundo sabe la desgraciada infancia de M.M. con su madre ingresada por problemas mentales y ella de familia en familia. Una vida desestructurada que, por desgracia, no cambió con los años.
Esa cara de trasto no parecía presagiar nada bueno. Marlon Brando siguió siendo un trasto el resto de su vida. Algunos podrían decir que no maduró. Mítico rebelde, caprichoso legendario, incomprensible holgazán y vividor adocenado. Ese fue Brando. Pero también fue probablemente el mejor actor que ha visto el cine y poseía un magnetismo animal de un calibre jamás visto en una pantalla. Así uno se puede permitir todo… o casi.
Ya de niña era Escarlata O´Hara. No cabe duda. Esa electrizante mirada que mezcla dulzura y picardía parece indicar que no te puedes fiar del todo de ella. Una niña verdaderamente guapa. Había nacido en La India en 1913. Falleció en Londres 1967 con graves problemas mentales.