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abril 2013

El blazer

600 405 serrano

Hace tiempo que el blazer parece llevarse de maravilla con una corbata de la viaje escuela y un cierto empaque. Este tipo de chaqueta semiformal y deportiva, lucida en los yates o en los partidos de polo, resulta una indumentaria respetable cundo la porta David Nives en Muerte en el Nilo (1978) o el James Bond de El Hombre de la pistola de oro (1974), pero tal como la lucía Humphrey Bogart en Cayo Largo (1948) parecía más una gastada prenda de marinero.
Aunque el blazer se suele combinar con chinos y mocasines para lograr una elegancia informal, tiene su origen en el disciplinado entorno de la Marina Real Británica. Antes de que la normativa introdujera el uniforme azul y blanco para todos los miembros de la Royal Navy, no era raro que cada capitán decidiese la apariencia que debía tener su tripulación. A mediados del siglo XIX, esta costumbre permitió al capitán Wilmott del HMS Harlequin pagar para que todos sus hombres fueran vestidos de arlequines. Igualmente, el capitán del HMS Vernon (en honor a un almirante del siglo XVIII) ordenó a la tripulación vestir levitas de sarga roja. En 1837, cuando el capitán del HMS Blazer oyó que la nueva reina, Victoria, inspeccionaría su barco, engalanó a la tripulación con camisetas marineras de rayas azules y blancas y chaquetones cortos cruzados de color azul marino y con botonadura negra de un estilo conocido como reefer ( en inglés, reefing es la operación de reducir de velamen expuesto al viento).

El blazer cruzado con coberturas laterales en color azul marino pasó a formar parte de una moda náutica inspirada en el poderío naval de la Gran Bretaña forjada de imperios del siglo XIX.